La oftalmología ha experimentado en estos últimos años un gran desarrollo tecnológico, tanto en el campo del diagnóstico como en el del tratamiento, que hacen posible, al oftalmólogo, actuaciones impensables hace muy poco tiempo.
Entre las pruebas diagnósticas, hay que destacar entre otras a la OCT (Tomografía de Coherencia Óptica) que permite, de una manera cómoda e incruenta para el paciente, evaluar el perfil del área central de la retina (mácula), aportando datos relevantes en su enfermedad, de la que por frecuencia y por su importancia social, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) ha sido la más estudiada.
Es, también, imprescindible en el diagnóstico precoz y en la valoración de la eficacia del tratamiento del glaucoma, enfermedad por la que el nervio óptico se daña como consecuencia de un aumento mantenido de la tensión del ojo.
Los medios técnicos que hoy se utilizan para el cálculo de las dioptrías de la lente intraocular a implantar (biometría) en la cirugía de la catarata son más exactos, reduciendo la necesidad de utilizar gafas después de dicha cirugía.
En la cirugía refractiva, de la miopía sobre todo, la medición de la curvatura anterior y posterior de la cornea (topografía) han mejorado el despistaje de enfermedades corneales latentes en candidatos a dicho tipo de cirugía, posibilitando una mejor selección del candidato a operarse. Ya en el campo del tratamiento, mencionar la posibilidad técnica de realizar trasplantes de solo una parte del espesor de la córnea (queratoplastias lamelares) más eficaces y con menos tasa de complicaciones que en el trasplante de espesor total.
Las técnicas actuales en la cirugía de la catarata permiten hacer heridas cada vez más pequeñas y utilizar lentes intraoculares que permiten compensar no solo la miopía o hipermetropía previa del paciente sino también el astigmatismo y la vista cansada. En la cirugía del glaucoma, la utilización de nuevos implantes, así como las nuevas técnicas desarrolladas, permiten obtener unos resultados quirúrgicos más satisfactorios.
La aparición de nuevos fármacos antiinfecciosos, antiinflamatorios, antihistamínicos, humectantes, lubricantes oculares, hipotensores oculares, así como medicación intraocular, utilizada mediante inyecciones aplicadas dentro del ojo, permite un tratamiento muy eficaz para determinadas enfermedades de la retina.
Por último, destacar el desarrollo espectacular de nuevos láseres para su utilización en el tratamiento selectivo del glaucoma, para la realización de la cirugía refractiva o para realizar diferentes pasos en la cirugía de la catarata. Todas estas mejoras tecnológicas permiten al oftalmólogo, llevar a cabo diagnósticos más precisos y tratamientos más eficaces.